lunes, 12 de mayo de 2014

Las diferencias cerebrales de los jóvenes antisociales

El período de la adolescencia suele ser una época de travesuras y conductas atrevidas. Pero para algunos jóvenes estos comportamientos pueden resultar mucho más problemáticos. Algunos adolescentes exhiben lo que los expertos llaman "trastornos conductuales", que pueden derivar en comportamientos violentos y delincuencia.
Una nueva investigación reveló que los adolescentes con estos comportamientos antisociales agresivos y severos tienen diferente estructura cerebral. Se han encontrado diferencias específicas en la región del cerebro que controla las emociones, según los investigadores de la American Journal of Psychiatry (Revista Estadounidense de Psiquiatría).
Durante la adolescencia el cerebro continúa desarrollándose y determinados cambios que ocurren en este período, afirman los científicos de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, parecen ser la causa o estar vinculados con los problemas de conducta. El hallazgo, dice la investigación, objeta la idea de que los trastornos conductuales de la adolescencia sean sólo una consecuencia de la imitación del mal comportamiento de los padres.

Conducta antisocial
Los trastornos conductuales pueden desarrollarse en la niñez o en la adolescencia y se caracterizan por un comportamiento paulatinamente más agresivo y antisocial. En el Reino Unido se cree que estos afectan a cinco de cada 100 adolescentes, los cuales serán más propensos a desarrollar problemas mentales y físicos en la edad adulta.
Los neurocientíficos de la Universidad de Cambridge utilizaron imágenes de resonancia magnética para medir el tamaño de algunas regiones cerebrales en 65 adolescentes varones con trastornos conductuales, y el de las mismas regiones en 27 jóvenes que no mostraban síntomas del trastorno.
Tal como le explicó a la BBC el doctor Ian Goodyer, profesor de psiquiatría de la niñez y la adolescencia, quien dirigió el estudio, los individuos que participaron en el mismo habían mostrado al menos 12 meses de conductas antisociales, que incluían la violación de las reglas de la sociedad. "Roban, mienten, pueden ser violentos, destruir la propiedad ajena o ser destructivos con la gente o los animales. No son conductas que ocurren todo el tiempo, pero son episódicas y surgen durante un periodo prolongado", afirma el investigador.
Los resultados de los escáneres revelaron que la amígdala y la ínsula (las regiones del cerebro que contribuyen a la percepción de las emociones, la empatía y el reconocimiento de la angustia ajena) eran "extraordinariamente" más pequeñas en los adolescentes con trastornos conductuales.

Falta de empatía
"Por ejemplo -explica el profesor Goodyer-, una parte muy importante de la experiencia humana es que si miramos el rostro de alguien podemos diferenciar distintas emociones en esa persona. Pero estos adolescentes parecen tener más dificultades para poder distinguir distintos tipos de emociones en los demás, y también muestran dificultades para tomar decisiones y parecen estar más dispuestos a tomar riesgos".
Según el investigador, ahora es necesario realizar más investigaciones para analizar si estos cambios en la estructura cerebral anteceden a los trastornos conductuales o son una consecuencia de los mismos.
"Es importante conocer más sobre las causas de estos trastornos porque criar a un adolescente con estas conductas, además de enorme impacto emocional, es muy costoso", dice el profesor Goodyer.
"Cuesta casi diez veces más que criar a un adolescente 'normal', al menos en países como el Reino Unido y Estados Unidos. Y, además, presentan un alto riesgo y una carga para la sociedad, porque tienen dos o tres veces más probabilidades de cometer un delito en su vida adulta", añade el experto.

Fuente: http://www.bbc.co.uk/




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